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CASI 2 MIL MILLONES DE PERSONAS DEPENDEN DE CENTROS DE ATENCIÓN DE LA SALUD DONDE CARECEN DE AGUA



Tlaxcala 28 diciembre 2020 (infortlax) Alrededor de 1.800 millones de personas corren un mayor riesgo de contraer la COVID-19 y otras enfermedades debido a que reciben tratamiento o trabajan en centros de atención de la salud que carecen de servicios básicos de agua, advierten la OMS y UNICEF.

“Trabajar en un centro de atención sanitaria sin agua, saneamiento e higiene es como enviar a enfermeras y médicos a trabajar sin un equipo de protección personal”, dijo el Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, Director General de la OMS. “El abastecimiento de agua, saneamiento e higiene en los centros de atención de la salud es fundamental para detener la COVID-19. Pero todavía hay importantes lagunas que superar, especialmente en los países menos adelantados”.

El informe, Global progress report on WASH in health care facilities: fundamentals first (Informe sobre los progresos mundiales en materia de agua, saneamiento e higiene en los centros de atención de la salud: primero lo fundamental), llega cuando la COVID-19 está exponiendo deficiencias importantes en los sistemas de salud, incluyendo la prevención y el control inadecuados de las infecciones.

El agua, el saneamiento y la higiene son vitales para la seguridad de los trabajadores de la salud y los pacientes, y, sin embargo, no se da prioridad a la prestación de estos servicios. En todo el mundo, 1 de cada 4 centros de atención de la salud carece de servicios de agua, 1 de cada 3 no dispone de acceso a la higiene de las manos en los lugares donde se presta atención, 1 de cada 10 no tiene servicios de saneamiento* y en 1 de cada 3 no separan los desechos de manera segura.

“Enviar a los trabajadores de la salud y a las personas que necesitan tratamiento a instalaciones sin agua limpia, inodoros seguros o incluso jabón pone en peligro sus vidas”, dijo la Directora Ejecutiva de UNICEF, Henrietta Fore. “Esto era sin duda cierto antes de la pandemia de COVID-19, pero lo sucedido este año ha hecho que estas disparidades sean imposibles de ignorar. A medida que reimaginamos y configuramos un mundo para después de la COVID, asegurarnos de que enviamos a los niños y las madres a lugares de atención equipados con servicios adecuados de agua, saneamiento e higiene no es simplemente algo que podemos y deberíamos hacer. Es una obligación absoluta”.

La situación es peor sobre todo en los 47 países menos adelantados (PMA) del mundo: 1 de cada 2 centros de atención de salud carece de agua potable básica, 1 de cada 4 centros de atención de salud no dispone de instalaciones para la higiene de las manos en los puntos de atención; y 3 de cada 5 carecen de servicios básicos de saneamiento.

Sin embargo, se trata de un problema que tiene solución. Las estimaciones preliminares del informe indican que costaría aproximadamente 1 dólar per cápita facilitar que los 47 PMA establezcan un servicio básico de agua en los centros de salud. Como promedio, se necesitan 0,20 dólares per cápita cada año para operar y mantener los servicios.

Según el informe, las inversiones incrementales e inmediatas en agua y saneamiento producen grandes beneficios: la mejora de la higiene en los centros de atención de la salud es la “mejor compra” que se puede realizar para hacer frente a la resistencia antimicrobiana. Reduce los costos de la atención de la salud porque disminuye las infecciones asociadas a los centros de salud (que son costosas de tratar). Ahorra tiempo, ya que los trabajadores sanitarios no tienen que buscar agua para la higiene de las manos. Una mejor higiene también aumenta la utilización de los servicios. Todo esto se plasma en un retorno de 1,5 dólares por cada dólar invertido.

Estos servicios son especialmente importantes para las poblaciones vulnerables, como las madres embarazadas, los recién nacidos y los niños. La mejora de los servicios de agua, saneamiento e higiene en los centros de atención de la salud es especialmente importante en torno al periodo del parto, cuando es excesivo el número de madres y recién nacidos que sufren y mueren, incluso a causa de trastornos prevenibles como la sepsis. Unos mejores servicios de agua, saneamiento e higiene podrían salvar la vida de un millón de mujeres embarazadas y recién nacidos, y reducir los nacimientos de mortinatos.

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